GoldFoods en Hoy Los Angeles: Chía, un alimento ancestral

26 Oct GoldFoods en Hoy Los Angeles: Chía, un alimento ancestral

Os reproducimos un artículo muy interesante realizado por Mary Aviles y que se ha publicado en Hoy Los Angeles.  Este artículo está basado en una entrevista con Pablo Altamirano uno de los fundadores de Goldfoods

Goldfoods en Hoy Los Angeles

GoldFoods en Hoy Los Angeles

La chía es un alimento originario de América Latina que ha conquistado con sus súper poderes la dieta sana de millones de estadounidenses y que ahora un grupo de empresarios latinoamericanos quiere llevar a todo el mundo.

La chía es un cultivo prehispánico, localizado principalmente en México y el alimento que el poderoso ejército azteca utilizaba como medicina y complemento nutricional.

Sin embargo, con la llegada de los conquistadores españoles la cosecha se suprimió estratégicamente al darse cuenta la maquinaria ibérica de las propiedades de la misma y su efecto en la fortaleza de los nativos.

Fue así que la chía pasó al olvido hasta hace poco más de una década, cuando un grupo de investigadores de la Universidad de Arizona (UA), redescubrió las cualidades que lo hacen un súper alimento que contiene el doble de proteína que cualquier otra semilla o grano (22% de proteína), ácidos omega 3 y 6, además de ser una excelente fuente de calcio, fósforo, cobre, magnesio, potasio y zinc para el organismo.

Uno de los investigadores de UA que redescubrió el valor de la chía era argentino y fue así como esta semilla llegó a Salta, en el norte de Argentina. Después de conocido el estudio, también las semillas de la chía volvieron a germinar en las tierras de México, Uruguay, Argentina y, especialmente, Bolivia. Y de ahí a las ensaladas, batidos, galletas, panes, barras energéticas y cientos de recetas saludables que hoy día se comparten viralmente en las redes sociales. Un grupo de agricultores latinoamericanos apostó por este cultivo con la misión de ofrecer un producto que puede contener muchas respuestas al problema de la alimentación mundial.

Uno de ellos es el argentino Juan Pablo Altamirano, quien supo desde su niñez en su natal Salta que su vida iba a estar ligada a la tierra. Tras graduarse como ingeniero agrónomo por la Universidad Nacional de Córdoba, Altamirano dio sus primeros pasos en el negocio con otro alimento indispensable de las mesas latinas: los frijoles.

Con una experiencia de 26 años en este sector, se dedicó entonces al cultivo de la chía y la quinoa en Santa Cruz de la Sierra en Bolivia. “Normalmente la chía producida en Bolivia tiene valores nutricionales y microbiológicos más estables que el resto de los países de Sudamérica, ya que por razones climáticas la cosecha se realiza en invierno con menores precipitaciones y sin la ocurrencia de heladas”, asegura el empresario.

Desde hace siete años Altamirano y su socio Pedro Peñalver, con su empresa GoldFoods se dedican al cultivo, procesamiento y comercialización de estos granos ancestrales dentro de los reglas del comercio justo y de una agricultura sostenible.

Consciente de que el campo tiene sus tiempos, la paciencia ha sido clave para entrar hace 18 meses al competido mercado estadounidense que este año importó 35.000 toneladas de chía y que se espera sean 50.000 para el 2016, y desde donde importa y empaca sus productos. Con el 30% de su producción orgánica, la empresa quiere ofrecer un producto que llegue a los consumidores de manera natural, sin la presencia de químicos.

Altamirano asegura que uno de sus objetivo es educar al consumidor sobre los productos que compra. “No todas las chías son iguales y yo recomiendo a los consumidores informarse de qué es lo que están comprando porque en el mercado se paga igual una chía buena que una mala.

Para nosotros que cuidamos todo el proceso, es un golpe bajo pero lamentablemente el consumidor no sabe”, sostuvo. Pero a pesar de estos retos, la palabra fracaso no existe en el vocabulario de Altamirano para quien cada dificultad no es más que una oportunidad de aprendizaje y una apuesta por ofrecer un producto de calidad cultivado por 40 familias del altiplano boliviano.